La enorme influencia social que ostentan los medios de cultura de masas, esos poderes blandos (soft power) que suelen reflejar los intereses de las instituciones dominantes, radica en que conforman nuestra existencia y las creencias que consideramos íntimas de un modo insidioso. Acudimos al cine, vemos una serie, leemos relatos de ficción como una forma de evasión y divertimento, abandonándonos al placer que nos producen e inconscientes de su enorme poder adoctrinador. Por ello, desde una perspectiva feminista crítica resulta imprescindible analizar las nuevas formas de representación de la mujer que nos proponen.
Este volumen nos proporciona los instrumentos para detectar y deconstruir los dispositivos sexistas tras las figuras femeninas de la cultura pop: desde las guerreras hipersexualizadas de finales del siglo xx, a las heroínas inteligentes pero problemáticas de la última década; de las sempiternas muñecas maternales, a la ineludible Barbie. Se dibuja así el correlato emblemático del proceso de integración de las mujeres al mundo del trabajo asalariado: a la libertad que ello les concede se contraponen las exigencias de no descuidar su belleza ni faltar a sus otras ?obligaciones femeninas?. De este modo, las producciones mainstream han convertido a las princesas de antaño en las súper mujeres de ahora, nuevas representaciones de un mismo poder simbólico, hábilmente camuflado como realidad natural e ineludible.